Androide Movil

Operación Rakiti: Ya hace algunos meses la Guardia Civil inspecciono una compañía de publicidad móvil en la avenida Amigó de Barcelona en un movimiento que, según anuncio La Vanguardia, estaba vinculado con un delito de fraude en telefonía móvil. Inspección a la cual se le llamaría operación rakiti

La misión del impresionante dispositivo desplegado entonces por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que se dio contra Billy Mobile, una empresa cuyo tipo de negocio constaba en el envío de alertas para dispositivos de forma masiva.

La UCO no revelo en marzo más detalles de la operación debido a que estaba bajo secreto de sumario, pero recientemente ya se ha publicado en rueda de prensa el contenido y los resultados arrojados de la investigación.

Operación Rakiti: estafa millonaria

Y es que se le acusaba a esta empresa de realizar una estafa de nada más ni nada menos 30 millones de euros y que afecta a alrededor de un millón de personas de telefonía móvil en España. El fraude se llevaba a cabo a través de aplicaciones que hacían llamadas automáticas a usuarios de tarificación adicional o les enviaban mensajes premium.

La Operación Rikati como se le ha apodado a dicha movilización se ha realizado por tres años. De momento solo hay siete personas bajo arresto y once vinculados, según ha dado a entender en declaraciones a la prensa el teniente coronel Juan Sotomayor, el cual es el encargado del departamento para Delitos Telemáticos de la guardia civil

Por los momentos se sabe que hay al menos unas seis empresas involucradas. Una de estas, como ya explico La Vanguardia en marzo, es Billy Mobile. El consejero delegado de esta empresa es Vicens Martí, que para el 2015 definía la misión de la compañía como “una central de medios” que hacia la función de intermediario para anunciantes y páginas de alto movimiento en el entorno móvil: “Juegos, citas y páginas de entretenimiento para adultos”.

Por lo que la empresa según explicaba su trabajador se hacía con una comisión por este trabajo de intermediación.

Los trabajadores que son parte del consejo de administración de esta compañía son, aparte de Martí, los ex dueños de la web seriesyonkis, David Martínez y Jordi Tamargo, y el coordinador financiero Jordi Cid (ex directivo de muchas empresas de tecnología y que se asoció con Vicenç Martí en Vueling).

Operación Rakiti: Llamadas silenciosas a líneas 803X de madrugada

La sospecha comenzó cuando las operadoras de telefonía del país se dieron cuenta de un tráfico de llamadas a números de tarificación adicional poco usual en un horario concreto.

Entonces descubrieron que eran llamadas automáticas que los dispositivos realizaban por la noche sin que el usuario se pudiese dar cuenta y que se hacían por medio de una aplicación supuestamente normal que apagaba el teléfono y le quitaba el sonido mientras se realizaba la llamada, con un tiempo máximo de media hora.

Con el fin de que los usuarios se descargaran diversas apps maliciosas, la estafa descubierta por la operación rakiti, que se efectuaba a través de empresas legales y otras pantallas, usaban el nombre y los logos de otras bastante reconocidas o engañaban al usuario con títulos como “la linterna molona”, los “mejores consejos para evitar la calvicie” o lo vídeos pornográficos más de moda.

Lo peor del caso es que no solo era eso, sino que, aparte, las ofrecían como gratuitas en redes sociales y sitios web y si por error informaban del coste, era muy difícil para el usuario determinarlo, según han explicado los encargados de la investigación.

Organización liderada desde Barcelona

Sotomayor ha recordado que, sobre todo, eran dos tipos de aplicaciones las que cometían fraude: las que hacían llamadas en modo silencioso número de líneas pagas y las que enviaban mensajes a números de mensajería Premium. Ante cualquier malestar o sospecha, la organización, comandada desde Barcelona, desactivaba las aplicaciones o en su defecto eliminaba.

Los detenidos eran capaces de cambiar la información que mostraban las aplicaciones de forma remota, lo que hacía, entre otras funciones, era engañar a las operadoras y reguladores del sector, dándoles a ver que se trataba de aplicaciones distintas, con lo que desviaban así la labor inspectora y de control echa por estos, según la Guardia Civil.

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